Cientos de personas se desplazaron durante horas para una jornada institucional de la Defensoría y se encontraron con malas noticias.
Desinformación. Esa es la palabra que define, para las autoridades, los sucesos ocurridos el pasado sábado 17 de octubre en la vereda El Orejón, del municipio de Briceño, donde alrededor de 700 personas víctimas del conflicto se desplazaron con el objetivo de participar de una jornada de inscripción y no fueron atendidas.
Según el secretario de Gobierno de Briceño, Sergio Londoño, la jornada de víctimas que se llevó a cabo en la zona rural del municipio fue adelantada por la Presidencia de la República y la Defensoría del Pueblo, y «no se tuvo en cuenta a la Administración Municipal para nada, ni siquiera para la convocatoria».
Agregó que «la Defensoría del Pueblo llevó formularios para unas 38 víctimas exclusivamente de la vereda El Orejón, pero por una mala información mucha gente asistió creyendo que las iban a inscribir».
Fuentes cercanas a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas confirmaron tal versión. Si bien la jornada no fue adelantada por la Unidad, la entidad confirmó que la Defensoría, de acuerdo con el diagnóstico previo, presupuestó que en la vereda se iba a encontrar con máximo 50 familias para registrarlas.
Sin embargo, el caos se generó cuando cientos de personas de otras veredas y corregimientos llegaron al sitio y, evidentemente, se encontraron con que era imposible brindarles la atención que esperaban.
En contraste, de acuerdo con un comunicado a modo de queja por parte de representantes y abogados de víctimas, «hubo total ausencia del Estado, y ni siquiera las autoridades locales se hicieron presentes, salvo un concejal y dos funcionarios de la Defensoría» que no pudieron brindar mayor ayuda.
Por tal motivo, las instituciones implicadas instaron a la población víctima a verificar siempre cualquier información que reciban de jornadas y eventos con las fuentes oficiales y sitios Web correspondientes, para así evitar incomodidades e incentivar canales de desinformación, los cuales muchas veces son generados por grupos armados al margen de la ley y personas inescrupulosas.
