Con el Programa Mi Bici, se busca frenar la tercera causa de deserción escolar en la ruralidad: la distancia entre la casa y la escuela.
Despertar con unas cuatro horas de anticipación para llegar a la jornada escolar podría sonar exagerado, pero cuando se debe caminar trayectos de hasta tres horas se convierte en una obligación… Es una realidad más común de lo que se pudiera creer, pasa en el campo colombiano y por eso se creó el programa MI Bici desde Postobón, el mismo que ahora cuenta con el apoyo de Comfama en Antioquia.
Por ejemplo, esta semana se vieron beneficiados 70 niños de la Institución Educativa Dolores de Ismael Restrepo, en zona rural de El Retiro, quienes recibieron su bicicleta y kit escolar, además de ser incluidos en el programa integral para brindarles calidad de vida. Una de esas beneficiadas es Karen, una tímida estudiante que no puede ocultar su emoción al contar que con su bici se va “a ahorrar 40 minutos de caminata en pendiente”.
Y es que la tercera causa de deserción escolar para niños de la ruralidad en Colombia es la distancia que hay entre la casa y la escuela, por lo que el programa Mi Bici de Postobón se fortaleció de la mano de Comfama con la entrega de 1.200 bicicletas para esta población en en el Oriente, Norte y Urabá antioqueño.
“Este programa no es sólo la bicicleta, es un vehículo especial para el campo, diseñada hace seis años por una empresa que hace accesorios hace 30 años y es la segunda más grande del mundo (…) además reciben un kit de protección, porque el casco y el chaleco no es para venderlo o archivarlo, sino para utilizarlo siempre”, aseguró Camilo Polanco López de Mesa, director de la Fundación Haciendo Equipo Postobón.
Mi Bici no es sólo un programa que entrega la bicicleta, sino que tiene todo un componente detrás, por ejemplo tanto los padres y niños firman un compromiso con algunos requisitos, como aportar 10.000 pesos en el año para así tener un fondo común y que en caso de reparar un daño, sea más económico.
Además, el programa cuenta con un mecánico y un grupo seleccionado, quienes tienen todo un equipo especial para reparar las bicicletas, así como se crea una Comité Veedor con padres de familia, líderes comunitarios y empleados de la institución que tiene la labor de verificar que el niño sí esté utilizando la bici, que le dé un correcto uso, que esté yendo a diario a su colegio y que sus notas mejoren porque tendrán más tiempo libre, según lo explicado por Camilo Polanco.
Por su parte, David Escobar Arango, director de Comfama, expresó que la caja de compensación tienen la visión de educar para la felicidad y la libertad: “Desde esa mirada, esta alianza con Postobón es fundamental para garantizar el acceso a la educación de muchos de nuestros afiliados en las zonas rurales, pues cada bicicleta, más que un objeto, se convierte en una herramienta que no sólo les permite estudiar, sino también transportarse, compartir y disfrutar más tiempo con su familia y amigos”, afirmó.
Y es un caso como el de Yuber, un joven que sueña con terminar su bachillerato para poder estudiar aviación y ser el mejor piloto… Por ahora, lo hará avanzando en su bici, ya que no tendrá la excusa de faltar porque tiene que caminar por más de una hora por una trocha para llegar casado a su jornada de estudio.
Así, miles de casos de niños que ahora tendrán una mejor calidad de vida gracias al impacto de un bicicleta.