Desde que inició su carrera política, el concejal ha enfrentado seis atentados en su contra.
A través de un comunicado de prensa, el concejal de Medellín, Bernardo Alejandro Guerra, denunció ante la opinión pública que siente en peligro su vida, en vista de la decisión por parte de la Unidad de Protección Nacional -UNP- de retirarle gran parte de su esquema de seguridad.
De acuerdo con el Corporado, su lucha contra la supuesta corrupción del anterior Gobierno Municipal y sus denuncias sobre presuntas irregularidades en los contratos públicos de la ciudad, fueron los factores que propiciaron la inesperada determinación.
«Hemos denunciado lo ocurrido en Isvimed, en Plaza Mayor, el regalo del Municipio a particulares con la venta de un lote en la Mayorista, lo que viene sucediendo en restaurantes escolares y las deficiencias en Metrosalud. Obviamente hay personas que se ven afectadas», arguyó Guerra.
Según el Concejal, la orden se dio el 31 de diciembre con un plazo de tres meses para cumplirse. Justo ayer, 29 de febrero, se le notificó la decisión. «Se me entregó un chaleco antibalas de la UNP y se me dijo que en ocho días me daban un celular, a la vez que se disminuía en un 80 por ciento mi esquema de seguridad», denunció Guerra.
Dichas medidas «arbitrarias», como mencionó Guerra, obedecen a la anterior Administración Municipal; al parecer, el entonces director encargado de la UNP, Ricardo López, ordenó que el grueso personal para el cuidado del concejal se redujera sustancialmente.
Estos hechos se suman a las presuntas amenazas que ha recibido Guerra en los últimos meses por sus acusaciones frente a los sobrecostos en Parques del Río Medellín, los cuales ascienden a 110 mil millones de pesos.
«Con un celular y un chaleco antibalas no se lucha contra la corrupción en este país», precisó Guerra, quien aclaró que la actual Administración de Medellín, encabezada por Federico Gutiérrez, le garantizará la protección que, por derecho, le debe brindar la UPN.
