A excepción de Guarne y Sabaneta, en todos los demás municipios de Antioquia hubo proyectos públicos de vivienda.
Con 44 mil 600 soluciones de vivienda entregadas cerró este cuatrienio el Departamento, gracias a una inversión que asciende a los 625 mil millones de pesos y que permitió que miles de familias pudieran recibir un hogar digno y de calidad.
Así, se cumplió con el 72 por ciento de la meta proyectada en el Plan de Desarrollo departamental. En total, fueron 20 mil 400 viviendas completamente nuevas, siete mil 700 mejoramientos y 16 mil 500 predios titulados de manera oficial.
Gracias al modelo público-privado mediante el cual se construyeron los proyectos habitacionales, se logró el mejoramiento, titulación y construcción de miles de viviendas.
Además, por cada peso aportado por la Gobernación de Antioquia, la entidad encargada de la gestión de recursos gubernamentales consiguió nueve más con aliados del sector público, privado y financiero.
«En esta administración, introducimos una innovación al modelo de gestión de la empresa. Nosotros pasamos de ser una entidad que simplemente completaba los recursos para hacer una vivienda a ser una institución que se encarga de velar por todo el ciclo de la producción de la vivienda y hace acompañamiento técnico, de gestión y financiero, garantizando que las viviendas lleguen a su fin», indicó Beatriz Elena Rave, gerente de la Empresa de Vivienda de Antioquia.
Precisamente, uno de los principales logros durante los últimos cuatro años fue el crecimiento financiero de dicha entidad pública, correspondiente a un 234 por ciento, pasando de contar con 66 mil millones de pesos a tener un presupuesto de más de 300 mil millones de pesos.
Ésto se dio gracias a la estrategia de venta de servicios y austeridad en el gasto, lo que disminuyó las transferencias departamentales a un indicador del 5 por ciento en 2014, según un comunicado de la Gobernación de Antioquia.
Asimismo, los gastos de funcionamiento de la Empresa de Vivienda de Antioquia se redujeron en un 3.2 por ciento, pasando de invertir un 6.2 por ciento a un 3 por ciento de los recursos para su operación.
