El Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, pidió disculpas en nombre del Estado por los sucesos que enlutaron al país el 6 y 7 de noviembre de 1985.
Tres décadas después del Holocausto del Palacio de Justicia, en el que murieron 94 personas, víctimas, funcionarios y ciudadanos afines del sistema judicial del país, se reunieron en la Plaza de Bolívar para conmemorar a los fallecidos y desaparecidos en ese día.
Asimismo, el presidente Juan Manuel Santos participó en el acto y pidió perdón por los sucesos del 6 y 7 de noviembre de 1985, ya que ese día el mismo Estado, a través de las Fuerzas Militares, fue negligente y victimizante para con muchos de los Magistrados y civiles que se hallaban en el recinto.
«Como Presidente de la República quiero cumplir en este día y en este lugar, frente a muchas de las víctimas de aquel suceso infausto, con una de las medidas de reparación de la Corte de Derechos Humanos. Hoy reconozco la responsabilidad del Estado y pido perdón por los desaparecidos forzados durante la Toma del Palacio«, dijo Santos.
El Primer Mandatario agregó que, si bien «han pasado 30 años, los recuerdos siguen vivos». La angustia vivida por los colombianos, las llamas incontenibles del edificio y la zozobra institucional fueron el común denominador durante las casi 28 horas que permaneció ocupado el Palacio de Justicia por guerrilleros del M-19.
«Este edificio, diseñado para impartir justicia, vivió la guerra misma de explosiones y ráfagas de fusil. Confluyeron las balas del M-19 y de las Fuerzas Militares. El conflicto armado en pleno centro de Bogotá«, puntualizó el Presidente, quien manifestó que en el recinto judicial «se sacrificó a la justicia y sus más altos magistrados; además, comenzó la tragedia de otros tantos que apenas ahora se está descubriendo».
Entre los presentes en el acto conmemorativo, estuvieron familiares de víctimas del holocausto, al igual que allegados a personas que aún están desaparecidas y se desconoce su paradero.
Por ejemplo, Juan Francisco Lanao, hijo de la contratista Gloria Anzola, una visitante ocasional del Palacio ese día, expresó su indignación por la ausencia del Estado y la falta de garantías que han suministrado a las víctimas por los sucesos de aquel día. «Como tantos casos emblemáticos, aún hay impunidad y mentiras«, indicó Lanao.
De igual manera, Helena Urán Bidegain, hija del magistrado Carlos Horacio Urán, expresó entre lágrimas que al matar a su padre, «no solo acabaron con su vida, sino también con el respeto por uno de los estamentos más importantes de cualquier estado: el poder judicial«.
El caso del otrora magistrado Urán ha sido uno de los más llamativos. Si bien el jurista sobrevivió a la Toma del Palacio del grupo guerrillero (se le vio en cámaras minutos después de la retoma), presuntamente habría fallecido a manos del Ejército.
Por casos similares a este, el presidente Santos mencionó que fue culpa absoluta del Estado no haber brindado garantías para la seguridad e integridad física de los muertos y desaparecidos.»Quiero expresar mi solidaridad y afecto a los familiares de las víctimas. El Estado asume la responsabilidad«, precisó.
Aún son muchos los interrogantes en torno al proceso de toma y retoma del Palacio. Si bien hay grabaciones y material audiovisual que han servido como herramientas probatorias durante el proceso de esclarecimiento de los hechos, la mayoría de los medios de comunicación de la época no pudieron transmitir por completo lo sucedido debido a la decisión de la en ese entonces ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, de transmitir un partido de fútbol en vez de los sucesos en tiempo real.
Por esos y otros hechos, se han abierto investigaciones contra funcionarios y mandos militares con el objetivo de brindar verdad y reparación a las víctimas.
El avance más reciente en el caso fue una solicitud para investigar por corresponsabilidad al expresidente Belisario Betancur, al igual que el llamado a indagatoria de cinco militares, por torturas a tres sobrevivientes de la Toma del Palacio, en un día que pasará a la historia como la fecha de la infamia.