En Medellín, por cada habitante, hay diez ratas.
Según un estudio realizado por la Universidad de Antioquia, en Medellín hay cerca de 30 millones de estos roedores, lo cual enciende las alarmas por una posible emergencia sanitaria.
Aparte de la aversión que pueden producir en muchas personas, es bien sabido que las ratas son portadores de múltiples enfermedades que pueden afectar al ser humano. Por ese motivo, el aumento en la población del roedor preocupa a las autoridades y a la ciudadanía.
¿Qué tan grave puede llegar a ser la problemática?
Se calcula que en el siglo XIV, a raíz de la tristemente famosa «Peste Negra», murió alrededor de la tercera parte de la población europea. Las ratas, principales portadoras de la bacteria de la peste, proliferaban por ese entonces en Europa.
700 años después de la epidemia, las bacterias y agentes infecciosos de las ratas siguen ocasionando enfermedades tan graves que pueden llegar a ocasionar la muerte. La leptospirosis es una de dichas patologías, de la cual en los últimos años se han multiplicado los casos.
Por ejemplo, Tatiana Álvarez, padeció casi una década atrás leptospirosis. Según ella, se contagió «por medio de una lata de gaseosa que tenía orina de rata». En su caso, la infección se le manifestó ese mismo día por medio de malestar, dolor de cabeza y sangrado.
«Estuve quince días en cuidados intensivos. La bacteria atacó los glóbulos blancos de mi cuerpo, provocó que mi hemoglobina bajara a niveles mortales y ocasionó que, en cierto punto, los médicos me dieran por desahuciada», agregó Tatiana.
Rafael Andrés Barón, epidemiólogo de la Universidad del Bosque de Bogotá, se refirió a las consecuencias que puede generar la patología. «Es una enfermedad grave, que generalmente presenta síntomas similares a los del dengue: fiebre y hemorragia. Pero puede llegar a ocasionar daños graves en órganos tales como los riñones, los pulmones o el hígado», mencionó.
Añadió que «en determinados casos, puede presentar una alta tasa de mortalidad y, en ocasiones, dejar secuelas como insuficiencias renales o hepáticas». Además, advirtió del peligro que puede traer tanto el contacto directo con el roedor, por ejemplo con una mordedura de la rata, como también a través de la orina del animal, por medio de las cuales se transmiten un sinfín de enfermedades.
¿Qué se debe hacer para evitar la proliferación?
A este respecto habló el epidemiólogo. «Generalmente, cuando hay un roedor hay muchos más, pero es una población que vive corto tiempo. Si uno controla el depósito de los alimentos y la higiene del hogar, se puede limitar la reproducción de los ratones», mencionó.
Pero no sólo basta con el control en los hogares. Conscientes de este hecho, la Secretaría de Salud y la Universidad de Antioquia, firmaron un convenio a través del cual, primeramente, se está realizando un programa de inspección del roedor para identificar los puntos más críticos.
Los resultados arrojaron que, hasta ahora, Moravia y El Picacho son los sitios con más presencia de ratas en la ciudad.
Según Enrique Henao, ingeniero de la Secretaría de Salud, «en dos meses se cumplirá con ese proceso de inspección». Después, en los sitios donde sea evidente la infestación de roedores, las autoridades procederán al control de los mismos.
En días pasados, las autoridades manifestaron que la comunidad, en ciertos casos, propicia la proliferación del roedor. Por eso hicieron un llamado a la responsabilidad ambiental ciudadana, en especial con el manejo de las basuras y residuos alimenticios.