Este sujeto deberá responder por los delitos de tráfico, porte y fabricación de estupefacientes y concierto para delinquir.
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Alejandro Arboleda Uribe, conocido en el mundo del delito como ‘Alejo Tucibí’ o ‘El Rey de las Anfetaminas’, fue capturado en el barrio El Poblado de Medellín, luego de que la Policía desplegara once allanamientos que permitieron, además, la captura de otras 13 capturas.
En San Andrés, Ipiales, Cali y Medellín, los allanamiento le permitieron a la Policía Nacional desmantelar una organización criminal y capturar a Arboleda Uribe, considerado como el principal traficante de drogas sintéticas y creador de la cocaína rosada, como es conocida la sustancia 2CB en el mundo de los estupefacientes y en las fiestas electrónicas.
Además del capo, los investigadores de la Dijín capturaron a otras 13 personas quienes hacían parte de esta red internacional de tráfico de drogas sintéticas, que tenía como principales mercados las ‘zonas rosa’ de varias ciudades colombianas, al igual que las de otros países suramericanos, de Estados Unidos y de Europa.
“El capo estaba protegido por los carteles mexicanos, quienes le suministraban la anfetamina. Así mismo, era respaldado por la llamada ‘Oficina de Envigado’, que comercializaba las drogas a cambio de protección y un impuesto por ventas”, sostuvo el director general de la Policía Nacional, General Jorge Hernando Nieto Rojas.
Para enviar los cargamentos de pastillas, la organización utilizaba correos humanos y contaba con rutas propias, nacionales y trasnacionales, hacia Centro América, Ecuador, Perú y Chile.
Arboleda Uribe, que deberá responder por los delitos de tráfico, porte y fabricación de estupefacientes y concierto para delinquir, es considerado como el pionero en introducir y comercializar la sustancia en Colombia, apetecida entre consumidores de alto nivel social.
Durante el desarrollo de los operativos, los funcionarios de la Dijín también incautaron centenares de dosis de 2CB, éxtasis, poppers, marihuana tipo cripy, LSD y EMDI, listas para ser distribuidas y vendidas en lugares nocturnos de renombre y en inmediaciones de universidades, con un valor comercial de 250 millones de pesos.
