La comunidad, factor clave en la recuperación de los humedales en el Magdalena Medio

Los sistemas de humedales son primordiales en la regulación hí­drica, como reserva de agua y como patrimonio cultural.

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Foto: EL PALPITAR.

La recuperación de 120 hectáreas de humedales, el enriquecimiento vegetal de otras 70, el repoblamiento con alevinos y tortugas de río, de la mano de la comunidad, hacen parte de la intervención para la conservación de estos ecosistemas en la subregión del Magdalena Medio.

A través de Humedales de Vida, Corantioquia, Cornare y Ecopetrol lideran la iniciativa para garantizar la existencia de estos ecosistemas; hábitat de muchas especies de flora y fauna. Algunas de estas en amenaza como el morrocoy, el caimán aguja, la tortuga de río, el mono aullador, el  chavarrí­ y el manatí­.

Para la ejecución de este proyecto y garantizar la efectividad de la intervención es fundamental el apoyo de la comunidad, ya que son los habitantes de esta zona quienes legitiman estas estrategias.

“Las comunidades son las que nos enseñan cómo se deben hacer las cosas, de manera sistemática y con mayor cobertura. Los pescadores saben qué se debe hacer, pero no tienen la técnica ni la capacidad económica”, dijo Alejandro González Valencia, director de Corantioquia.

Los humedales en los que se está adelantando la intervención están ubicados en las cuencas bajas de los ríos Cimitarra, en Yondó, y Claro Cocorná Sur, en Puerto Nare y Puerto Triunfo.

Además, la inversión de las tres entidades es aproximadamente de 3.372 millones de pesos, que también contempla  el establecimiento  de dos viveros para el enriquecimiento vegetal, el repoblamiento con 500 mil alevinos y la liberación de tortugas de río.

Por su parte, Vladimir Rojas, del grupo de operaciones del río de Ecopetrol, señaló que para la empresa está claro el compromiso con la vida y el medio ambiente, por lo que apalancan programas como Humedales de Vida, para recuperar ecosistemas estratégicos en la subregión.  

Importancia de los humedales

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Foto: EL PALPITAR.

Según la Convención Ramsar, los humedales son vitales para la supervivencia humana, uno de los entornos más productivos del mundo. “Son cunas de diversidad biológica, fuentes de agua,  productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir”.

En el caso de la subregión del Magdalena Medio, que depende en su mayoría de la ganadería y de la pesca, los humedales son los ecosistemas reguladores de todo el flujo hídrico. “En la época de mucho invierno tienen la capacidad de guardar el agua, para que en temporada seca haya suministro suficiente para todas las actividades”, explicó el director de Corantioquia.

Su principal amenaza en esta zona es el conflicto del suelo, porque las actividades económicas en muchos casos no son compactibles con la protección y conservación de los ecosistemas. Por esta razón, la intervención incluye un estudio técnico jurídico, para determinar si es viable o no declarar estos humedales como área protegida, lo que depende de variables como el inventario de flora y fauna, la conectividad ecológica, entre otras características que determina el Sistema Nacional de Parques Naturales.

Trabajo de la comunidad

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Foto: CORTESÍA.

En sectores como el corregimiento Estación Cocorná Sur, de Puerto Triunfo, la conciencia por la conservación de la riqueza natural con la que cuenta el Magdalena Medio ha ido creciendo. A través de educación ambiental, procesos de liberación de las tortugas de río y charlas pedagógicas, las asociaciones han logrado reconocimiento y que cada vez sean más las personas que se incorporen a la intervención integral, con el apoyo de la institucionalidad.

Se destaca por ejemplo, el trabajo que se hace en esta comunidad con las tortugas de río, que inicia con la recolección de los huevos que están en peligro, con el acompañamiento de los pescadores, que son quienes conocen el territorio.

“Las tortugas tienen un proceso de 50 días más o menos de incubación, dos días de eclosión y máximo dos meses que se deben tener en la piscina de paso, no pueden estar más tiempo porque se nos vuelven dependientes y pierden el instinto natural para defenderse de los depredadores”, explicó Isabel Romero, integrante de la Asociación ambientalista Futuro Verde.

La estrategia ha tenido tan buena acogida que en la vereda El Totumo, del municipio de Yondó, también la replicaron. “Las personas son muy depredadoras de los huevos, pero las hemos ido concientizando, la idea es que el proyecto crezca y que nos reconozcan”, manifestó Katerin  Vásquez, presidenta de la junta de acción comunal de esta vereda, donde hace poco crearon Asohumedales.

Con Humedales de Vida también se implementará un proceso de formación comunitaria que tiene como propósito generar sustentabilidad social, cultural, económica y ambiental. Además, un estudio ambiental sobre la capacidad de captura y emisión de carbono.

Acerca de Luz Avané Cataño Raigoza

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Comunicadora social y periodista, enamorada de las buenas historias. Emprendedora y convencida de todo lo que uno se propone en la vida lo puede lograr, la clave está en rodearte de las personas correctas y nunca dejar de soñar. Mi gran tesoro, mi familia.

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