Los gallinazos no son una enfermedad, sino una cura para las ciudades

Según el Área Metropolitana del Valle del Aburrá, en Medellín se pueden encontrar tres tipos de gallinazos.

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Estas especies son el terror de la mayoría de los habitantes. Foto: CORTESÍA.

Los habitantes de Medellín, muchos de ellos, pasan asquientos al observar un conjunto de aves que, a simple vista y con desconocimiento, tratan de espantar porque supuestamente son focos de enfermedad. Sin embargo, los gallinazos cumplen un objetivo esencial en el ecosistema urbano.

En el Valle del Aburrá, actualmente y según el Área Metropolitana, se hallan tres especies de estas aves carroñeras que son: el Rey Gallinazo – Sarcoramphus Papa -, el Guala – Cathartes Aura- y el Gallinazo común – Coragyps Atratus -, tres tipos de aves que realizan sus labores sin que tengan un reconocimiento por ello.

Es por ello que diversas organizaciones y entidades tratan de hacer entender a los habitantes de la región, que no lastimen a estos animales porque de verse disminuida esta especie, en Medellín y sus municipios aledaños se podría presentar una emergencia de salud pública.

El estigma de ser vistos como parásitos

“Los denominados gallinazos en muchas ocasiones los podemos llamar como buitres, su hábitat es muy específico y la ayuda que le da el planeta es regular de alguna manera la naturaleza y permitir de alguna manera a limpiarla, hacen que se conviertan en piezas fundamentales del entorno ecosistémico”, explicó Edisson Duque, Coordinador regional en Medellín de Animanaturalis Internacional.

Animales muertos por enfermedades, comida en descomposición y todo tipo de basuras orgánicas son devoradas por estas aves, cumpliendo su labor dentro de la ciudad y previniendo de alguna manera la transmisión de enfermedades por estos desechos.

“Lastimosamente son mal vistos porque siempre los encuentran en sitios como basureros, entonces están en el estigma de que pueden transmitir enfermedades, pero la verdad están cumpliendo con su función que es la regularización del medio ambiente”, añadió Duque.

Diversos promotores de la preservación y cuidado de los ecosistemas urbanos y rurales defienden el papel que esta especie cumple en la sociedad, porque ellos, como otras muchas especies, controlan las plagas, las enfermedades y cuerpo de animales muertos en las calles y carreteras de la ciudad. (Lea también Las Zarigüellas: defensoras de plagas, enfermedades y del medio ambiente).

“Se imaginan la cantidad de cuerpos de animales tendidos en las vías sino hubieran gallinazos, antes el favor que le hacen al ecosistema es muy grande al evitar esa ilustración, pero la gente no los valora como debe ser”, explicó Juliana Álvarez, directora de la Fundación Amigo Fiel e integrante de la Junta Protectora de Animales de Envigado, que aún no empiezan funciones, debido a demoras presentadas en la administración municipal.

La sangre de gallinazo, un mito por explotación.

En países de la región andina abundan diversas creencias sobre los supuestos poderes curativos que tiene el beberse la sangre de estas aves, desde curaciones de cáncer hasta sida, es lo que registran varios medios de información en lugares como Ecuador, Perú y Bolivia. Sin embargo, las personas se pueden enfermar por este hecho.

“Los mitos que se pueden montar en torno a estas especies, se hacen más con el objetivo de explotarlos económicamente, acabarlos o disminuir su población, mejor dicho, estas prácticas son mal vistas porque no tienen una fundamentación científica, yo creo que más bien las personas inventan cualquier tipo de hecho para lucrarse de cuenta de la explotación de estos animales”, explicó el coordinador de Animanaturalis.

Asimismo, bajo la ley colombiana, este tipo de accionar está tipificado como delito ambiental porque los gallinazos son especies de fauna silvestre y deben ser respetadas, como lo estipula el Decreto Ley 2811 de 1974 y Decreto reglamentario 1608 de 1978.

En conclusión, la vida y la salud de los antioqueños están estrechamente ligadas a la preservación de esta especie, que cada día se complementan con la incultura ciudadana, con acciones como  tirar desechos a las calles.

Acerca de Alexander Bermúdez

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Periodista ambiental por devoción y apasionado por los hechos del día a día, siempre en busca de historias y un devorador de libros, series, videojuegos y comics. Mi familia es mi motor para seguir por el camino del periodismo.

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