El lugar es un sitio de peregrinaje para los judíos pero se encuentra en un territorio bajo el poder de los palestinos.
Durante el denominada «viernes de ira», un grupo de cientos de palestinos irrumpieron en el lugar en el que se cree se encuentra la tumba de José, según las creencias judías y que luego de la segunda intifada está cambiando para convertirse en un centro de encuentro del islam.
El conflicto entre Israel y Palestino ha tomado rumbos en extremos violentos. Inicialmente la guerra por territorios que son representativos y sagrados para ambas religiones, produjeron tensión entre lo que antes eran dos países y que hoy tiene reducido al segundo a «población palestina».
Si bien los atacantes están en Nablus, territorio bajo el control de los paletinos y ubicado en Cisjordania, fueron sus mismas fuerzas quienes con disparos al aire disiparon al grupo de personas que atacaron el centro de culto de uno de los patriarcas biblícos más importantes en el judaísmo.
Líderes de todo el mundo, incluyendo a Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU y a Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de Norte América, hicieron un llamado a israelistas y palestinos para manejar el conflicto y que la violencia no siga cobrando más víctimas, sobre todo inocentes y al margen de la disputa.
De acuerdo con el antiguo testamento, José fue uno de los hijos de Jacob y que tras despertar la envidia de sus hermanos fue vendido como esclavo a los egipcios. Según las escrituras luego de varios años el israelita se convirtió en ministro de Faraón y ayudó a su pueblo. Ahí radica la importancia de este lugar para los judíos y lo que significó una gran afrenta a sus creencias.
Sin embargo, también hay teorías que dicen que en ese sitio yacen los restos de un líder musulmán, Yussef Dweikat, fallecido durante la época otomana.
