La paz, cartas, visitas del Presidente y otros aspectos fueron parte de la gestión que permite el viaje del Papa a Colombia en este 2017.
Después de tres décadas un Papa regresa a tierras colombianas, pero ésa no es una gestión de un día para otro o de unos meses atrás. En realidad todo tuvo sus inicios en el 2013, cuando el presidente Juan Manuel Santos envió una carta oficial de invitación a Francisco, por medio del embajador colombiano ante la Santa Sede, Germán Cardona Gutiérrez.
“Nada nos daría más gozo a tantos millones de colombianos que profesamos la fe católica que contar son su visita, antes o después, de la Jornada Mundial de la Juventud, en el sitio de nuestro país que le sea más conveniente”, decía en ese entonces Santos ante un proceso que no prosperó.
Y es que la visita del Papa empezó a tomar fuerza en realidad para el año 2015, en el mes de abril, cuando se dio a conocer la voluntad desde el Vaticano de que el Sumo Pontífice viajara a Colombia para dar “personalmente el mensaje de paz”.
Ahí se volvió a quedar el proceso, pues desde el Vaticano se afirmó que había una voluntad, pero nada concreto y el tema de agenda era complejo. Después, el Presidente viajó hasta el despacho del Santo Padre, pero el enfoque no fue tanto la visita al país, sino el apoyo al Proceso de Paz que se adelantaba con las Farc en Cuba.
Y es Francisco ha sido una de las personalidades internacionales que le ha dado el “espaldarazo” a la paz en Colombia, no en vano le dijo a Santos que era la persona por la que más había rezado.
Después de cartas y visitas, en el 2016 la invitación del Santo Padre a Colombia empezó a ver salida, según lo detalló el periodista Néstor Ponguta, radicado en Roma y corresponsal en el Vaticano, en su libro Un Tinto con el Papa Francisco.
“Después de 37 años se pensionaba el director de los viajes papales, Alberto Gasbarri, y en su lugar el papa Francisco nominó al diplomático de la Santa Sede, monseñor Mauricio Rueda Beltz, nacido en Bogotá en 1970. El director de los viajes papales es la persona encargada de agendar y preparar las próximas visitas apostólicas y no podía ser sólo coincidencia que, para un cargo tan influyente y apetecido por muchos, hubieran escogido a un prelado colombiano”, dice la cita concreta del libro.
Y es que Néstor Ponguta también fue clave en la información que se conoció durante la gestión, no en vano estuvo en el recorrido que el Sumo Pontífice hizo por Cuba y México y en donde le dijo al periodista “que si el proceso de paz se firmaba y avanzaba, seguro viajaría en 2017”.
La gestión avanzó con la visita, en inicios de 2016, de monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana en ése entonces, y Ettore Balestrero, nuncio Apostólico en Colombia, quienes viajaron con la Cúpula hasta la Santa Sede para reunirse con el Sumo Pontífice y proponer una agenda de visita que incluía a Tunja, Chocó, Barranquilla y, posiblemente pasos breves por La Guajira y Mocoa.
Así las cosas, la siguiente noticia que se conoció fue dada por Monseñor Castro, quien confirmó la visita del Papa para este 2017, un hecho que ya es una realidad.
Sin embargo, la agenda propuesta inicialmente no fue la aceptada y se fue construyendo con el paso de los meses, teniendo en cuenta los desplazamientos de Francisco, quien a pesar de gozar de buen estado de salud, tiene limitaciones por sus 80 años de edad.
“Agradezco que me acojan en su tierra y en su corazón, sé que han trabajado mucho para preparar este encuentro. Todo mi agradecimiento a quienes han colaborado para que sea una realidad”, dijo el Papa Francisco en un video previo a su visita al país.
Y así finalmente se dio la visita del Santo Padre a Colombia, que tendrá como ciudades escogidas a Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, visitadas en su respectivo orden, desde este 6 y hasta el 10 de septiembre.