En Antioquia operan, por lo menos, nueve frentes de las Farc, los cuales, de acuerdo con la orden de ‘Timochenko’, también acataron la medida de cese al fuego desde el pasado 29 de agosto.
Según cifras de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía, Antioquia es el departamento con más víctimas por el conflicto armado de todo el país. Como era de esperarse, el fin de las confrontaciones armadas supondrán así mismo una transformación en el ámbito departamental (Lea también: Desde primera hora de este 29 de agosto, las Farc silenciarán los fusiles).
Máxime cuando Antioquia es una de las regiones con mayor presencia de subversivos. Solo en Urabá, por ejemplo, se concentraban los frentes 5, 57 y 58 de las Farc, cifra que supera el total de frentes de un puñado de departamentos en el país.
De acuerdo con Javier Sánchez, profesor del pregrado de Ciencia Política de la Universidad de Antioquia, la presencia de guerrilleros favoreció el recrudecimiento de la violencia en dichas zonas y que Urabá se convirtiera en una de las subregiones con más víctimas de Antioquia.
Las cifras evidencian que en Antioquia hay más de un millón de víctimas por el conflicto, superando ampliamente a Bolívar y Valle del Cauca, los que le siguen en la lista. Las subregiones más afectadas, además del Urabá, son Oriente y Bajo Cauca, donde la problemática de los cultivos ilícitos y los enfrentamientos entre guerrilleros y paramilitares de hace unos años atrás bañaron en sangre sus municipios, siendo los casos más destacados San Carlos, San Luis y El Bagre.
Partiendo de datos suministrados por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, Antioquia también concentra el mayor número de víctimas por minas antipersona, homicidio y casos de ejecuciones extrajudiciales (los llamados ‘falsos positivos’), en los que no siempre la victimaria fue las Farc, sino también el Estado colombiano.
Asimismo, el frente 24 (Suroeste y Occidente), los frentes 18 y 36 (Norte y Bajo Cauca), el frente móvil Mario Vélez, el frente 9 (límites de Caldas y Antioquia), y el 4 (Nordeste), también dejaron su huella en las municipalidades donde tuvieron injerencia.
Un alivio de las confrontaciones
El pasado lunes, Gobierno y Farc cesaron cualquier tipo de hostilidad armada entre sí, lo que supone en la práctica el fin del conflicto. El impacto en las comunidades no se hizo esperar. Para Javier Sánchez, el conflicto armado en Colombia ha sido principalmente rural, y es allí donde se sentirán con mayor fuerza los cambios tras el cese.
Con el cese bilateral al fuego, «va a haber una continuidad de la tendencia que se ha visto en los años del proceso de paz, a saber, una reducción de las confrontaciones armadas entre Ejército y guerrilla, lo que es muy beneficioso para la población civil», indicó Sánchez.
Si bien precisó que en las zonas donde mayor injerencia han tenido las Farc (Oriente, Bajo Cauca, Nordeste y Urabá), van a notar la diferencia tras el acuerdo, indicó que se debe recordar que «Antioquia ha venido registrando un clima mucho más tranquilo desde que iniciaron los diálogos» en La Habana, hace ya casi cuatro años.
Precisamente, explicó que en 2016 solo han habido tres muertos (un guerrillero y dos soldados) en todo el país por enfrentamientos entre ambas partes, una cifra mínima si se compara con los miles que hubo en 2010 o 2011, cuando el gobierno de Juan Manuel Santos intensificó su ofensiva contra el grupo subversivo.
Sin embargo, Luis Pérez, gobernador de Antioquia, precisó que el cese no supone la inacción de la Policía y el Ejército en lo que a operativos se refiere. Aunque cesarán las confrontaciones directas, el mandatario señaló que «donde haya ilegalidad, allí estarán las autoridades«, inclusive si los actores ilegales son guerrilleros de las Farc. «El cese al fuego no es para los que estén cometiendo delitos«, puntualizó.
Precisó, además, que en Ituango ha habido un clima tenso en los últimos días por cruces entre soldados y subversivos, pero aclaró que no ha habido ningún tipo de hostilidad.
Así las cosas, las jurisdicciones más beneficiadas por el cese serán, sin duda, las que en el pasado sufrieron más afectaciones por el conflicto.
Influencia del cese en el plebiscito
Como es de esperarse, contemplar los efectos del cese permitirá que los colombianos, especialmente los que viven en zonas rurales, corroboren de primera mano los pro del fin de las confrontaciones, según Sánchez.
«Si tiene un buen suceso este cese, se reforzará la confianza entre las Farc y el Estado, lo que garantizará que la población comprenda las bondades de refrendar el acuerdo el próximo 2 de octubre (…) Sin duda, si el clima de confianza se fortalece y la tranquilidad en Antioquia se consolida en este cese bilateral al fuego, ésto debe incidir para que la gente vote por el Sí en el plebiscito«, manifestó.
El mismo parecer tiene Luis Pérez, quien hizo público su apoyo al proceso de paz y, de paso, explicó que ordenó a «todo el Consejo de Gobierno que lea los acuerdos» y comprendan de mejor manera cómo se beneficia el departamento del acuerdo final y, por ende, del fin del conflicto.
Eso sí, aclaró que las acciones de las autoridades no cesarán. «Estamos trabajando para evitar que los criminales se expandan a los lugares que las Farc van a abandonar. La institucionalidad debe llegar a esos lugares inmediatamente los abandone la guerrilla», dijo.
Por su parte, Javier Sánchez detalló que los antioqueños «deben tener presente que van a observar el desplazamiento de tropas de las Farc, que se encaminarán hacia las veredas transitorias», lo cual no debe ser motivo de sorpresa y será un paso más en pro de finalizar su actividad armada.
El Gobierno todavía espera que se esclarezcan puntos como el de los menores reclutados por las Farc. Partiendo de cifras oficiales, Antioquia es el tercer departamento con mayor incidencia de tal problemática, siendo superado solo por Meta y Caquetá.