Según información de las autoridades, el centro reclusorio tiene, actualmente, un 216% de hacinamiento.
Desde esta semana, el Inpec dejará de recibir presos en la cárcel de máxima seguridad del municipio de Itagüí, por un peligroso brote de tuberculosis, que se ve agravado por las condiciones de hacinamiento del recinto carcelario.
El anuncio lo hizo el teniente Raúl García, el jefe del sindicato del Inpec en la cárcel de Itagüí, quien expresó que es necesario dejar de recibir reclusos para poder combatir la contagiosa enfermedad.
Según García, en el centro penitenciario «hay cinco internos diagnosticados con tuberculosis», lo que preocupa a las autoridades debido al inmenso riesgo de propagación de la enfermedad, la cual se contagia, principalmente, por vías respiratorias.
Otro asunto que tiene bastante preocupados a los miembros del sindicato del Inpec es el hacinamiento en la cárcel. Por ejemplo, en un patio hay un hacinamiento del 498%: el espacio está diseñado para 68 internos, y al día de hoy alberga 362 reclusos.
A la problemática se le suma que Caprecom, la empresa que prestaba los servicios médicos en el centro reclusorio, retiró todos los servicios de salud que le prestaba a los internos afectados por tuberculosis.
Por ese motivo, algunos familiares de los reclusos habían hecho un llamado a las autoridades, alertándolos por la escasa reacción médica con relación al brote.
El hacinamiento no es un mal ajeno para el resto de cárceles del Valle de Aburrá. Según Rodrigo Ardila, Personero de Medellín, los centros penitenciarios de máxima seguridad de Bellavista y Pedregal, también presentan «cifras escandalosas de hacinamiento.
Por ejemplo, Pedregal tiene hasta 400 reos en espacios destinados solo para 140 personas. Y las cárceles primarias de este centro reclusorio solo cuenta con 19 baños, 15 duchas y 13 lavamanos para más de 600 reclusos, según denuncias hechas por el Personero el pasado mes de julio.
